Cualquier persona que me conozca sabe que soy un cagado. Odio el cine de terror (menos el slasher clásico) y, aunque el relato y la novela los tolero algo mejor, sigue sin ser un género al que yo me acerque de habitual. Sin embargo, masoca como es uno, llevaba mucho tiempo queriendo leer algo más de terror, pero mi última neurona funcional me recomendó hacerlo con algo que no fuese tampoco de TERROR así en mayúsculas y en agosto decidí acercarme a Carrie, de Sthepen King.
Aviso de contenido: Bullying, gore, asesinato, sexo, sangre, acoso, mutilaciones
«Cristo mira desde el muro
Con su rostro impenetrable.
Y si me ama en su bondad,
como ella asegura,
¿por qué estoy tan sola?»
Por si hay alguien que no conoce el libro o la historia por sus adaptaciones, Carrie cuenta la historia de una chica que se ha educado con una madre ultracatólica y controladora, que ha sufrido acosos en su escuela desde que tiene memoria y que, en resumen, es una pobre desgraciada. Sin embargo, en un momento descubre que tiene poderes psíquicos tochos y decide que es momento de vengarse.
Mis espectativas con este libro era pocas, más allá de no pasarlo demasiado mal. No había visto la película ni conocía de la trama mucho más de lo que he comentado y la famosa imagen de Carrie llena de sangre. Y, bueno, para quien un busque un libro que no dé demasiado miedo, pero que entre dentro de la maravillosa spooky season en la que nos encontramos: este libro es para ti.
Uno de los elementos que más me han llamado la atención de la novela ha sido su estructura. El narrador durante buena parte de la novela es heterodiegético de focalización interna (Si no sabéis qué es esto, id a mi entrada sobre narradores) en diferentes personajes, especialmente en Carrie, pero también incluye recortes por recortes de noticas, libros ficticios, periódicos, informes policiales... que nos permiten comprender más el mundo en el que se presenta la historia. En conclusión, es una narración más o menos lineal intercalada por formas epistolares y algunos flashbacks.
A pesar de este gran punto positivo, el estilo y ritmo del autor me ha dejado algo más frío. Hasta el punto de no saber bien qué puntuación darle porque en momentos se me hacía lento y cortante, no terminaba de agarrarme a una historia que, por todos sus componentes me parecía interesante. He leído en varias reseñas que esto al parecer mejora con los siguientes (al final, Carrie fue su primer libro publicado) y espero que en las siguientes cosas que lea del autor consiga redimirme.
En cuanto al mundo que nos presenta y su worldbuilding se trata de los Estados Unidos rurales, en un pueblo imaginario llamadao Chamberlain, en Maine. Resulta de gran interés ver cómo se presenta el lugar, sus comportamientos y su propia destrucción, así como la concepción científica que se pretende dar a los poderes de Carrie y todas las investifaciones que hay tras ello, así como toda la literatura derivada.
Por su parte, los personajes son tratados de forma magistral. Son personajes sencillos, sin demasiadas capas de profundidad, salvo quizá Carrie y Sue, pero llevados de una forma maravillosa. Soy partidario de que los personajes no deben ser necesariamente enrevesados o complejos para ser buenos: muchas personas somos simples. La gran maravilla que expresa y muestra Stephen King en este aspecto es la capacidad de permitir empatizar con los personajes en sus comportamientos más ruines, vemos una lógica y un sentido a lo que hacen prácticamente todos y en ningún momento se da una villanización de Carrie, por ejemplo, a pesar de lo negativo de algunas de sus acciones.
Sin embargo, Stephen (voy a llamarlo así, somos amigos ya) comete un error constante que, además por lo que he visto en reseñas de otras novelas suyas como It, es habitual: la sexualización de los menores. Estamos hablando de adolescentes que, aunque es cierto que tienen una edad donde tampoco es especialmente extraño que se mantengan relaciones sexuales, por ejemplo, la forma en la que se expresan y se ven es, como poco, incómodo.
Por último, en cuanto a los principales temas tratados, el bullying y la religiosidad exacervada, estos son tratados de una forma maravillosa. Carrie está machacada, es un personaje que sufre durante toda la novela el acoso de todos sus compañeros, que la deshumanizan y convierten en el mero hazmerréir de la clase, la eliminan como persona. La representación del bullying ha sido dolorosa, pero acertada y, en muchos aspectos, «real como la vida misma».
En cuanto a la religiosidad, vemos a una madre obsesionada, que tortura y maltrata a su hija y le genera toda una serie de traumas relacionados con la vida sexual, hasta el punto de considerar la menstruación como un pecado. La sangre en Carrie tiene, por otro lado, un matiz vital, una visión casi religiosa cargada de simbolismo: con un bautismo de sangre empieza Carrie y con sangre termina.
En conclusión, Carrie es una novela que recomiendo a todas las personitas que están valorando leer cosas de ambiente tétrico, pero, como yo, no sean capaces de ver una película de terror si no es de día y no tienen más opciones.
LO MEJOR
- Los personajes
- La estructura
- La propia historia
LO PEOR
- El estilo del autor
- Sexualización de menores
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